Concilio en el cual se institucionaliza el movimiento religioso cristiano, que tres siglos antes había comenzado como una 'secta judía mesiánica' en Jerusalén, y que luego de haber sufrido fuertes persecuciones por Nerón y otros emperadores romanos (desde el gran fuego de Roma en el 64 NE hasta las reformas de Diocleciano que terminaron con las persecusiones y el Edicto de Milán que legalizó el Cristianismo en el 313 NE), ahora en la práctica se convertía en religión oficial del Imperio Romano gracias al emperador Constantino, llegando eventualmente a ser la mayor religión del mundo en número de adherentes.
Pero antes de entrar en el tema de los evangelios perdidos, sus autores y su importancia en la historia del cristianismo, primero es bueno comenzar con una breve introducción sobre los evangelios canónicos y la Biblia Cristiana.
El Primer Concilio de Nicea y La Biblia Cristiana
El Primer Concilio de Nicea realizado en el año 325 NE fue un evento eclesiástico crucial en la historia del Cristianismo como religión organizada, donde los obispos allí reunidos tuvieron que decidir sobre algunas cuestiones teológicas fundamentales para la naciente fe cristiana, como la naturaleza de Jesucristo (Cristología), la cuestión de la Trinidad (Controversia Arriana), y la aprobación del Credo Niceno (Credo de los Apóstoles). Brevemente:
- La Controversia Arriana se refiere a la disputa entre el Obispo Atanasio de Alejandría a favor del Trinitarismo y el Presbítero Arrio a favor del Unitarismo. El Trinitarismo es el dogma central de la Iglesia Católica sobre Dios como un ser que existe como tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Mientras que el Unitarismo es estrictamente monoteísta y plantea que existe un único Dios (el Dios Padre o Jehová) y que Jesús es el Salvador y el Cristo (que en griego significa el Ungido y que correspondería al Mesías en hebreo), pero que Jesús fue creado y vivió como una persona humana solamente.
- El Credo Niceno (Credo de los Apóstoles) es la conocida proclamación de fe cristiana, basada en la teología de la Trinidad, la cual aún hoy es utilizada en la liturgia de la misa católica así como de varias iglesias protestantes y ortodoxas. El Credo Niceno establece la posición de la Iglesia respecto a la controversia arriana, o sea, que Jesús es Dios y que fue "engendrado, no creado", proclamando: "Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, ... ".
Poco después de concluído el Primer Concilio de Nicea comenzó el proceso de edición de La Biblia Cristiana, a partir de una lista de 27 libros preparada por el Obispo Atanasio en el año 367 NE, basándose quizás en una lista anterior llamada Fragmento Muratoriano (los libros excluidos de la lista fueron considerados apócrifos), la cual fue confirmada como el canon oficial del Nuevo Testamento en los concilios de Hipona y Cartagena.
Este proceso esencialmente culminó con La Vulgata, que es una traducción al latín de las escrituras en hebreo y griego, comisionada por el Papa (el Obispo de Roma) a Jerónimo de Estridón, quien se basó en la Septuaginta (traducción del grupo de Setenta rabinos en griego koiné de los textos hebreos y arameos del Tanaj o Biblia Hebrea) y en las escrituras aprobadas como canónicas para completar La Vulgata a finales del siglo IV. Aunque el Concilio de Roma (382 NE) decidió que algunos libros de la Septuaginta no deberían ser considerados Escrituras (inspirados y canónicos) por lo cual la Biblia Católica difiere de La Vulgata en tres libros. La Vulgata más tarde también fue llamada Biblia Latina y sirvió de base para varias versiones y traducciones posteriores; una versión de la cual fue utilizada por Gutenberg en su famosa impresión de La Santa Biblia cuando inventó la imprenta a mediados del siglo XV, mientras que las iglesias ortodoxas y protestantes utilizaron sus propias versiones que son diferentes en algunos libros.
De esta forma La Biblia Cristiana en general incluye una versión de La Biblia Hebrea como Viejo Testamento y añade el Nuevo Testamento con sus cuatro evangelios canónicos, consistentes en los tres evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas, más el evangelio de Juan (históricamente posterior a los sinópticos) tal y como han llegado hasta nuestros días. Además de los cuatro evangelios, el Nuevo Testamento también incluye el libro de Hechos de los Apóstoles, las Epístolas de varios apóstoles, y el libro del Apocalipsis o Revelación de Juan de Patmos -- ver nota sobre el Apocalipsis más adelante.
Un aspecto que muchas personas no conocen sobre la organización del Nuevo Testamento en general es que los libros no están en orden cronológico. Esto es importante para el estudio del cristianismo porque los documentos más antiguos del Nuevo Testamento en realidad son la epístola de Santiago el Hermano de Jesús (James, en inglés) y las primeras seis epístolas de Pablo a las iglesias escritas entre el 50 y 60 NE (las llamadas epístolas pastorales atribuídas a Pablo son posteriores), y según varios estudiosos y eruditas, estas cartas que circulaban entre las primeras comunidades cristianas influenciaron en los evangelistas y autores que posteriormente escribieron sobre la vida de Jesús.
Así por ejemplo se conoce que el primero de los evangelios fue el de Marcos (la versión original que termina en el versículo 16:8 ya que el resto 16:9-20 fue añadido posteriormente) el cual se estima que fue escrito alrededor del año 70 de Nuestra Era, dada la referencia a la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 NE durante la Revuelta Judía (Marcos 13:2), o sea, la campaña militar en Judea bajo el entonces general romano Tito Flavio Vespesiano (nombrado por el emperador Nerón) que comenzó en el 66 NE.
Poco después, alrededor de los 80 NE, se escribieron los evangelios de Mateo y Lucas utilizando a Marcos como una de las fuentes (ver Teoría de la Dos Fuentes más adelante). Por su parte el evangelio de Juán se editó mucho más tarde (alrededor del año 100 NE o más tarde aún) con un enfoque más bien de tesis teológica que de sinopsis sobre la vida de Jesús (La Tesis del Logos o Verbo Encarnado); y por eso es tan diferente a los tres evangelios sinópticos anteriores (ver nota más adelante sobre el Nuevo Testamento en orden cronológico).
¿Quíenes eran los Gnósticos?
Entre los grupos y sectas cristianas de aquel entonces existía un grupo heterogéneo de cristianos que en general eran llamados 'gnósticos' por sus oponentes (aunque el término gnóstico originalmente se refería a una filosofía sincrética pre cristiana de carácter místico), quienes a pesar de haber llegado a constituir un prominente movimiento cristiano durante el segundo siglo de nuestra era, al punto que uno de los líderes gnósticos (Valentín de Alejandría) fue considerado como posible Obispo de Roma (es decir, como el Papa), luego tuvieron problemas con la ortodoxia eclesiástica debido a varias ideas consideradas heréticas, como por ejemplo:
- La doctrina de la Pléroma como la unidad primordial o la plenitud de la Divinidad Suprema o Dios. De la cual deriva la Sofía que representa la sabiduría y la divinidad femenina. También, según las versiones más esotéricas del gnosticismo, si la Pléroma quisiera manifestarse como un ser en el mundo material, ese ser sería Abraxas, que representa la vida y la muerte al mismo tiempo.
- La doctrina de la Gnosis como elemento esencial para la salvación. Gnosis significa conocimiento personal directo de la Divinidad Suprema, así como el conocimiento de nuestro origen (la luz) y nuestro destino (el reposo).
- La doctrina del Adopcionismo, según la cual Jesús era un ser humano, elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte. Doctrina que se relacionaba con el Arrianismo debatido durante el Primer Concilio de Nicea.
- La interpretación de la Resurrección como un evento espiritual (no como una resurrección física del cuerpo 'en la carne').
- La doctrina de la Reencarnación, según la cual el espíritu de una persona se reencarnaría repetidamente hasta que se comprometiera con la abnegación del mundo material. Esta era una de las 'doctrinas secretas' de los gnósticos, disponible solo a los iniciados, quienes tenían acceso a ciertas escrituras como la Pistis Sophia (Fe en Sabiduría) y otros escritos gnósticos. La Pistis Sophia relata las enseñanzas gnósticas de Jesús transfigurado (después de su muerte y resurrección) a los discípulos reunidos; incluyendo a su madre María, María Magdalena y Marta. Para más información sobre la doctrina del renacimiento o la reencarnación en los orígenes de cristianismo ver la página: La Reencarnación en el Cristianismo.
- La teología del Demiurgo como solución al 'problema del mal', en contraposición a la teología de la Iglesia sobre el Pecado Original y la Gracia.
La idea del demiurgo realmente surge de la filosofía idealista de Platón y de la mística de los neoplatónicos, pero ahora los gnósticos la utilizaban para reconciliar la existencia del mal en el mundo (supuestamente creado por el demiurgo) con la existencia de una deidad omnisciente, omnipotente y omnibenevolente, es decir, para resolver el 'problema filosófico del mal'. La idea luego también aparece en el Marcionismo, otra teología considerada 'dualista' y herética en aquellos tiempos, que argumentaba que el dios Creador del universo según la Biblia Hebrea (Viejo Testamento) no podía ser el mismo que el dios Padre del que hablaba Jesús y del cual emana el Cristo.
Todo esto ponía a los gnósticos en una posición teológica opuesta a la doctrina ortodoxa oficial, por lo cual sus oponentes los acusaban de ser una 'secta esotérica' contraria a la Iglesia.
De hecho el Obispo Ireneo de Lyon ya había declarado el gnosticismo como herejía en su obra 'Contra las Herejías' escrita alrededor del año 180 NE. Pero luego del Primer Concilio de Nicea y la carta del poderoso Obispo Atanasio exigiendo una adherencia estricta a las escrituras canónicas, lo cual en la práctica implicaba que cualquier documento considerado herético debía ser destruído y que su posesión ahora era un delito criminal, la situación para los gnósticos se hizo insostenible. Esas deben haber sido algunas de las razones que en algún momento llevaron a aquel grupo de cristianos a esconder las valiosas copias de evangelios y escrituras que ellos poseían.
No obstante, algunas de las ideas del gnosticismo continuaron transmitiéndose de forma oral entre algunos grupos, reapareciendo más tarde durante la Edad Media en Europa, por ejemplo entre los Cátaros del sur de Francia. Los Cátaros (o Albigenses) también fueron declarados herejes por la recién creada Inquisición y prácticamente desaparecieron luego de una cruzada de exterminio y confiscación de tierras, emprendida por el papado y los reyes de Francia a principios del siglo XIII. Esa fue la llamada Cruzada Albigense que se realizó en Francia durante los tiempos de las otras cruzadas a Tierra Santa.
Esta convulsionada historia hizo que lo se podía conocer sobre los gnósticos hasta ahora era muy limitado y muy sesgado -- no en balde se dice que la historia la escriben los vencedores. Esto fue así hasta el descubrimiento en 1945 en Nag Hammadi, en el Alto Egipto.
Descubrimiento en Nag Hammadi
Los códices encontrados en Nag Hammadi en diciembre de 1945 incluyen el Evangelio de Tomás (Evangelio de los Dichos de Jesús), el Evangelio de Felipe, el Evangelio de Valentín (Evangelio de la Verdad), el Tratado de la Resurreción y otros libros, los cuales tomados en en su conjunto arrojan nueva luz sobre las enseñanzas de Jesucristo divulgadas entre algunas de las comunidades cristianas del siglo I y II de nuestra era.
La historia de cómo se encontraron estos evangelios también es asombrosa y tal parece sacada de una película de Indiana Jones. Resulta que un joven campesino egipcio que cavaba un pozo cerca de Nag Hammadi, una pequeña ciudad localizada sobre el río Nilo al norte de Luxor, descubrió estos libros de papiro forrados en cuero en un recipiente de arcilla enterrado. El muchacho, un tanto desilusionado con el hallazgo porque inicialmente creyó que había encontrado oro, llevó los documentos a su casa, donde su madre, que obviamente no sabía el valor del descubrimiento, quemó algunos libros para avivar el fuego de la hoguera ... en serio.
Pocas semanas después, el campesino y su hermano mataron a un hombre para vengar la muerte de su padre. Temiendo que la policia que investigaba el asesinato descubriera los libros, el campesino entregó su preciado tesoro al sacerdote copto local. Enterado del hallazgo, un maestro de escuela llevó los libros al Cairo para averiguar su valor en el mercado negro de antigüedades. El gobierno egipcio fue informado y confiscó diez y medio de los trece libros, los cuales fueron trasladados al Museo del Cairo. Pero un libro fue sacado clandestinamente del país y vendido en el mercado negro de antigüedades.
Un anticuario y lingüista belga se enteró de la existencia de los libros y compró el texto de contrabando. Este codex fue adquirido por el 'Instituto C.G. Jung' de Zúrich en 1951, como un presente por el cumpleaños del famoso psicólogo, de ahí el nombre de Codex de Jung -- que es diferente al otro famoso Codex de Berlín encontrado en Akhmim (Panópolis) en 1896, y que contiene otros documentos coptos como el Evangelio Apócrifo de Juán, La Sofía de Jesucristo y Los Hechos de Pedro.
El comprador luego viajó al Cairo en 1955 y allí vió las reproducciones fotográficas de los otros libros. Los textos estaban escritos en idioma Copto, una lengua del antiguo Egipto, y pronto el lingüista comenzó a descifrarlos. Las primeras palabras del Evangelio de Tomás que él tradujo fueron poco menos que revolucionarias:
"Estas son las palabras secretas que pronunció Jesús en vida, y las cuales el gemelo, Judas Tomás, escribió." *
* Judas Tomás Dídimo (literalmente, el Gemelo) es uno de los doce apóstoles de quién se hace referencia durante el pasaje sobre la duda de Santo Tomás en el Evangelio de Juán (Juán 20:24-29)
El Evangelio de Tomás, también llamado 'el quinto evangelio' o 'Evangelio de los Dichos de Jesús', contiene 114 dichos o enseñanzas que siempre comienzan con la frase "Y Jesús dijo". Sin embargo no tiene muchas de las narrativas de los evangelios canónicos, aunque sí contiene una referencia sobre el nacimiento de Jesús (Dicho 105). No obstante dado que muchos de estos dichos también se pueden encontrar de alguna forma en los evangelios de Mateo y Lucas, muchos expertos lo consideran como un punto de intresección entre las escrituras canónicas y las gnósticas. Ver Buscando las Enseñanzas Originales de Jesucristo para más información.
Los así bautizados Evangelios Gnósticos resultaron ser traducciones de antiguos documentos escritos en griego (dialecto koiné, la lingua franca del mundo antiguo) que databan de la primera mitad del siglo II (entre el año 140 y 180 NE). Algunos de estos libros contienen narraciones similares a las del Nuevo Testamento, pero otros hechos y enseñanzas atribuídas a Jesús resultan ser únicas y extraordinarias. Por ejemplo, en uno de los textos, el Evangelio según Felipe, se dice que Jesús besa a María Magdalena, una de sus seguidoras:
"... la compañera del [Salvador] es María Magdalena. [Pero Cristo] la amaba más que a [todos] los discípulos, y acostumbraba a besarla a menudo en la [boca]." *
* Traducción de Isenberg 1996 citada por Elaine Pagels (3)
Lo anterior, sumado a otros documentos gnósticos como el Evangelio de María, que argumenta que María Magdalena fue la primera que vió a Jesús después de la resurrección y de ahí su primacía sobre los apóstoles, lo cual también se puede leer en los evangelios canónicos de Marcos (Marcos 16:1), Mateo (Mateo 28:1-9) y Juán (Juan 20:11-18), nos sugiere que María Magdalena debió haber tenido una relevancia especial entre algunas de las primeras comunidades cristianas.
No es sorprendente entonces que esta narrativa fuera promovida en la novela best seller 'El Código de Da Vinci' de Dan Brown, aunque debe decirse que no se ha encontrado evidencia histórica de que Jesús y María Magdalena se casaran y tuvieran hijo.
Si los historiadores de las religiones pueden continuar su labor de investigación en los orígenes del cristianismo, quién sabe qué otras cosas importantes llegarán a descubrir. Quizás un día finalmente encuentren el Evangelio Q (Fuente Q); la hipotética fuente de los evangelios con las enseñanzas originales de Jesucristo.
Los historiadores, arqueólogos y lingüistas, sin duda continuarán buscando y estudiando estos documentos, tratando de responder preguntas como: ¿quienes fueron los verdaderos autores y editores de esos libros?, ¿qué criterio se utlizó para decidir cuáles documentos debían ser incluídos en La Biblia Cristiana, compilada a finales del siglo IV, y cuáles no?, ¿cuántos otros evangelios pudieron haberse escrito y haberse perdido por diferentes razones?, ¿qué relaciones existían entre las varias sectas cristianas que poseían diferentes escrituras?, etc.
Pero lo que sí ha quedado claro luego del descrubrimiento de estos códices es que la cantidad de escrituras que existían en aquellos tiempos, así como el número de copias de las varias traducciones que estaban en circulación, y la diversidad y complejidad del movimiento cristiano en sus inicios, eran mucho mayor de lo que conocíamos hasta ahora.
Más información sobre otros evangelios gnósticos y apócrifos (no canónicos) en la siguiente página: Los Evangelios Perdidos
Notas Bibliográficas:
(1) N.T. Wright, "Simply Jesus", "Simply Christian"
(2) James D. Tabor, "Paul and Jesus", "The Jesus Dinasty"
(3) Elaine Pagels, "The Gnostic Gospels"
(4) C.S. Lewis, "Screwtape Letters"
Nota: Buscando las Enseñanzas Originales de Jesucristo
El estudio del Nuevo Testamento en orden cronológico, conjuntamente con otros documentos de carácter histórico o religioso de aquellos tiempos, como la Didache ('Las Enseñanzas de los Doce Apóstoles' encontradas en Constantinopla en 1873) y los escritos de los primeros historiadores cristianos como Clemente de Alejandría, Eusebio y Jerónimo, es importante para poder entender el desarrollo del cristianismo primitivo, porque nos muestra como 'la buena nueva' se extendió entre las primeras comunidades cristianas a través de las cartas de Pablo (2) y otros apóstoles, desde antes que se escribieran los evangelios (canónicos o apócrifos), y como estos documentos no fueron la fuente del movimiento cristiano sino el producto de las primeras iglesias.
El problema es que los que escribían sobre historia en aquellos tiempos estaban sobre todo interesados en historias de guerras, reyes y emperadores del momento, y solo mencionan al ‘Jesús histórico’ de pasada; como un hombre debe haber nacido alrededor del año 4 ANE y que fue crucificado a la edad de 33 años en Jerusalén, en el año 30 NE. La pequeña descrepancia de 3 años en la historia se debe a que los que inventaron nuestro actual sistema de eras históricas (antes de nuestra era ANE y nuestra era NE) casi coincidieron con la era cristiana (antes de Cristo AC y después de Cristo DC) pero no exactamente.
Sin embrago, lo que nos interesa y lo que realmente buscamos es tratar de acercamos tanto como podamos al Jesús real, el que en su tiempo fue considerado el Mesías y luego fue llamado el Cristo, el que motivó a sus seguidores y a los apóstoles a soportar persecuciones y penurias en su nombre, llegando eventualmente a crear la mayor fe que el mundo ha conocido.
Pero dado que Jesús no escribió nada, que sepamos, el reto para nosotros es lograr este acercamiento utilizando solo las Escrituras de evangelistas y autores posteriores, así como varios otros documentos religiosos e históricos, más algunos descubrimientos arqueológicos y artefactos de la época, que hasta ahora se han podido encontrar.
Las primeras escrituras cristianas tenían diferentes características y diferentes propósitos según la audiencia a las que estaban dirigidas, pero sus autores no eran historiadores en el sentido que lo entendemos hoy. Los autores de estas escrituras en realidad eran personas que vivían dentro de aquellas primeras comunidades cristianas, algunas de ellas en Asia Menor, o en Roma, o en general fuera de la Palestina romana donde ocurrieron los hechos, y necesitaban comunicarse entre ellos en forma escrita. Por eso las primeras escrituras cristianas parecen ser una superposición de historia y teología dificil de separar. Además estos autores tenían diferentes audiencias para las cuales escribían, ya sean judíos o gentiles (griegos, romanos y no judíos en general) y de nuevo esto requería enfoques diferentes en las distintas narrativas.
Todo esto sumado a los debates internos que existían entre los propios apóstoles alrededor de la cuestión de si los romanos y gentiles que se convertían al cristianismo deberían seguir las tradiciones judías de La Torá o Pentateucu (incluyendo la circumcisión y las reglas dietéticas) o no. Con Pablo y Pedro defendiendo la posición del 'cristianismo romano' donde los nuevos cristianos no estaban obligados a seguir las tradiciones y leyes judías, mientras que Santiago el hermano de Jesús y líder de la iglesia en Jerusalén argumentaba a favor del 'cristianismo judío'.
A diferencia de la forma como escribían los historiadores romanos de la época como Tácito o Suetonio, o el historiador judío-romano Flavio Josefo, o el griego Thallus, o el filósofo estoico sirio Mara bar Serapion, quienes desde afuera en algún momento mencionan al Jesús histórico como alguien 'quien era llamado Cristo' y a sus seguidores como 'cristianos'. Incluso Josefo menciona a 'Santiago el hermano de Jesús (llamado Cristo)', y tanto Josefo como Tácito mencionan la crucifixión en tiempos de Poncio Pilato; el gobernador de la provincia de Judea bajo el emperador romano Tiberio.
Así entonces vemos que algunas escrituras cristianas son narrativas de carácter sinóptico sobre la vida de Jesús que, como nos dice Lucas, tratan de "poner en orden la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas" (Lucas 1:1), mientras que otras tenían un carácter más bien de homilía o tesis teológica, como la tesis del Logos o Verbo Encarnado que establece que: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" Juan (1:1). O proclamaciones de fe cristiana: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16). O sencillamente eran cartas destinadas a alguna de las iglesias primitivas o a un grupo de seguidores de los apóstoles.
Además ocurre que los autores de estos documentos no se identifican a sí mismos como para que sepamos con certeza quienes eran (sus nombres se basan en la tradición de la Iglesia), y en las pocas veces que lo hacen notamos que realmente ellos no fueron testigos presenciales de los eventos ocurridos durante la vida de Jesús, sino que más bien se están basando en una tradición oral.
Por ejemplo Lucas, el único de los evangelistas sinópticos que nos cuenta algo de sí mismo (aunque tampoco nos dice su nombre), quien según la tradición de la Iglesia debió haber sido un discípulo o un acompañante de Pablo y también autor del libro Hechos de los Apóstoles, en la 'dedicatoria a Teófilo' al principio de su evangelio, él declara su objectivo de contar la historia "... tal como nos lo enseñaron los que desde el principio lo vieron con sus ojos, y fueron ministros de la palabra, ..." (Lucas 1:1-2). Otro ejemplo es el misterio alrededor de las varias referencias en el Evangelio de Juán sobre el "discípulo amado" (Juán 20:2; 21:24) en cuyo testimonio se supone se basa el evangelio, sin embargo el evangelista no lo nombra explícitamente, y tampoco su nombre aparece en los otros evangelios canónicos. Y por eso para los historiadores de las religiones es importante leer estas escrituras dento del contexto histórico en el cual fueron escritas, tratando de separar historia y teología.
Incluso, según los expertos, dado que Pablo no conoció a Jesús en vida, cuando San Pablo en sus epístolas habla de "mi evangelio" en realidad se está refiriendo a la "visión" o revelación personal que él recibió del Espíritu de Jesucristo en el camino a Damasco, donde aún siendo Saulo de Tarso perseguía a los primeros grupos de cristianos, como uno de los Fanáticos judíos (Zealots, en inglés), y "oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?", según se cuenta en Hechos de los Apóstoles (Hechos 9:4-5), y también durante su 'ascensión' al tercer cielo y al paraíso (2 Corintios 12:1-4), no de ningún evangelio escrito hasta ese momento.
Y dado que los documentos más antiguos que tenemos del Nuevo Testamento (las primeras seis epístolas de Pablo y la epístola de Santiago) no se escribieron hasta el año 50 o 60 NE (al menos dos décadas después de los eventos que se narran sobre la vida, muerte y resurrección de Jesús), debemos suponer entonces que las primeras comunidades cristianas conservaron y transmitieron estas preciadas enseñanzas en forma oral solamente. A no ser que existiera otra fuente escrita que no se encuentra en el Nuevo Testamento -- ver Evangelio Q a continuación.
Nota: Evangelio Q y Teoría de las Dos Fuentes
Técnicamente el Evangelio Q (Quelle, que significa 'fuente' en alemán) consistiría en las enseñanzas o dichos de Jesús que aparecen en los evangelios canónicos de Mateo y Lucas, y en el evangelio gnóstico de Tomás, pero que no se encuentran en el evangelio de Marcos que es el más antiguo de los canónicos; según la Teoría de las Dos Fuentes como se muestra en el siguiente gráfico.
Teoría de las Dos Fuentes: Marcos y Q como fuentes de los Evangelios |
De esta forma el Evangelio Q se puede reconstruir, al menos en principio, lo cual por cierto ya se ha hecho, resultando entonces que Q incluye algunas de las más conocidas enseñanzas de Jesús, a través de dichos y parábolas, que a su vez ejemplifican las más elevadas leyes morales de Jesúcristo, como por ejemplo: La Regla de Oro, la Oración del Padre Nuestro, las Bienaventuranzas, el Sermón de la montaña, el Amor a tus enemigos, la Prueba de la buena persona (el arbol y sus frutos), la Parábola de los talentos, la Parábola de la oveja perdida, la Parábola de la mota y la viga, la Parábola de los dos constructores, la Parábola del ciego conduciendo al ciego, la Parábola de la levadura y la semilla de mostaza, y otras.
Mi teoría personal es que el Evangelio Q debe estar relacionado con el Maestro de Justicia (Teacher of Righteousness, en inglés) de quien se habla en los Manuscritos del Mar Muerto, cuyas enseñanzas fueron mantenidas y transmitidas por los Esenios; la "Comunidad de Qumrán" que existió desde el 150 ANE hasta el 70 NE. Aunque debo decir que esta relación aún no se ha podido establecer con evidencias arqueológicas o históricas.
Nota: Profecías del Antiguo Testamento referentes a Jesucristo
El carácter apocalíptico de las escrituras claramente existe en las profecías sobre el fin de los tiempos de varios de los grandes profetas de la Biblia Hebrea (Viejo Testamento). Esta es la razón por la cual la teología cristiana afirma que Jesús es el Mesías (el Ungido o el Cristo) que dio cumplimiento a esta profecías. Y aunque el tema de las profecías bíblicas es muy amplio y complejo, de todas formas hemos querido hacer aquí un resumen de la profecías más relevantes que se manifiestan en la vida pública de Jesús, porque nos permite mejor entender la situación política, así como la psicología y la esperanza del pueblo de Israel en los tiempos de Jesús. Por ejemplo:
- Las profecías de Daniel sobre el Hijo del Hombre (Daniel 7:13), y otras profecías de Daniel un tanto crípticas o simbólicas sobre los 'cuatro imperios' y las 'setenta semanas de años' o sea 490 años (Daniel 11) que es la única profecía que nos da una regla para calcular cuando se suponía que ocurrirían los eventos del 'fin de los tiempos' y comenzaría el Jubileo judío. Curiosamente los 'cuatro imperios' paganos que regirían sobre Israel antes del fin de los tiempos y de los que se habla en La Biblia son: el Asiro (representado por Nabucodonosor Rey de Babilonia), el Persa (Ciro y Darío), el Griego (Alejandro Magno), luego viene un corto período de cuasi-independencia después de la muerte de Alejandro y la revuelta de los Macabeos, y finalmente el imperio Romano aparece en escena. Además, según Daniel, los 490 años coincidirían con el primer siglo de nuestra era.
- La dramática profecía de Ezequiel sobre el Hijo de Hombre y lo que dice YAHWEH (Jehová el Señor) sobre el destino de los pastores de Israel que no aprecian a su rebaño (como la última dinastía de corruptos reyes de Israel, Herodes I el Grande y su hijo Herodes Antipas, que no eran descendientes de David) y la consecuente restauración de la casa de David (Ezequiel 34).
- El decreto de YAHWEH (Jehová) en los Salmos sobre su Hijo que dice: "Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy" y que reinará sobre Sión (Salmos 2).
- La misión que tendrá el esperado Mesías según Isaías (Isaías 49), quien vendría a establecer el 'Reino de Dios' en la tierra; que no es igual al 'Reino de los Cielos' (Zacarías 14).
- La profecía de Zacarías sobre el Mesías entrando en Jerusalén montado en un burro: "Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna" (Zacarías 9-9).
- La profecía de Jeremías sobre la Nueva Era de paz y justicia para todo el mundo cuando finalmente aparece el Mesías esperado y se establece el Reino de Dios en la tierra (Jeremías 23).
- La profecía sobre Elías y el Mensajero que vendría para preparar el Camino (Malaquías 4:5) (Miqueas 5).
- La profecía de Isaías sobre los signos del Mesías, incluyendo las curaciones de fe, los llamados 'milagros', el perdón de los pecados y las palabras de consuelo al que sufre, porque: "Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad" (Isaías 35:5-6).
Nota: El Apocalipsis según Jesús
La decisión de cerrar La Biblia Cristiana con el libro del Apocalipsis (que en griego significa 'revelación' o 'levantamiento del velo') tenía mucho sentido para los primeros cristianos que esperaban la Segunda Venida de Jesucristo en cualquier momento, el cual es un dogma central en la Escatología cristiana sobre el 'fin de los tiempos', ya que según se dice en la Revelación de Juan de Patmos, "Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso" (Apocalipsis 1:8).
Aunque es importante notar que el libro del Apocalipsis fue escrito durante los tiempos de Nerón y la Revuelta Judía, cuando los cristianos (y los judíos) sufrían de fuertes persecuciones y atrocidades por parte de los romanos, y por eso el emperador Nerón se representa como la misteriosa "bestia" cuyo número es 666. No obstante, el carácter apocalíptico de las escrituras de alguna forma también existe en las profecías sobre el fin de los tiempos de varios de los grandes a profetas de la Biblia Hebrea (Viejo Testamento).
De hecho, el mismo Jesús se refiere a la venida del Hijo del Hombre (ver profecías de Daniel) y a las tribulaciones de aquellos tiempos, declarando que "el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán de cielo" (Mateo 24:29-30). Además Jesús claramente se refiere a su generación como la que vivirá para ver ese Apocalipsis (Marcos 13:30) (Marcos 9:1). Estas ideas sobre el fin de los tiempos también aparecen en algunas epístolas del Nuevo Testamento; por ejemplo en las epístolas de Pablo (1 Corintios 7:29) (2 Tesalonicenses 2:1-5), de Pedro (1 Pedro 4:17) y de Santiago (Santiago 5:19-20). Y por eso el Credo Niceno proclama que Jesucristo "de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin".
Aunque por otro lado hay que notar que el Reino de Dios del que hablabla Jesús posiblemente sería muy diferente a lo que esperaban los judíos de primer siglo de nuestra era. Esto se puede apreciar en el llamado 'Manifiesto de Nazaret' (Lucas 4:16-19) y en la declaración de Jesús en el juicio frente a Poncio Pilato, donde según nos cuenta Juán el evangelista, Jesús explícitamente dice: "Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí" (Juan 18:36).
Lo más probable entonces es que la batalla que Jesús tenía en mente no era militar, como la supuesta batalla del Armagedón que ocurriría en el monte Megido (Apocalipsis 16), sino más bien se trataba de una batalla contra "el acusador", es decir, contra "el satán" -- ver nota al final para más información sobre cómo los judíos de primer siglo entendían este concepto.
Nota: Quién era el Acusador
Este tema es importante para entender muchos de los fenómenos llamados 'sobrenaturales' en los evangelios. Como solía decir el famoso autor y apologista cristiano C.S. Lewis (4), el mundo moderno se divide entre aquellos que están obsesionados con los poderes demoníacos y aquellos que se mofan de ellos como 'caricaturas' o 'supersticiones' fuera de moda. Ninguno de esos dos enfoques, insiste Lewis, le hace justicia a la realidad.
La palabra "satán" en hebreo significa "acusador" y varias veces en La Biblia Hebrea este personaje aparece como un miembro del consejo celestial de YAHWEH (Jehová), como si fuera un fiscal en un juicio. Por ejemplo, la primera vez que el concepto del Acusador aparece es en el Libro de Job, que por cierto es el libro más antiguo de La Biblia Hebrea. En el Libro de Job, su protagonista Job "era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal" (Job 1-2), sin embargo durante una reunión del consejo de ángeles, Job fue acusado por Satán. De esta forma Job tiene que sufrir varias pruebas y calamidades que le traen dolores y sufrimientos, pero al final es ampliamente recompensado por Jehová. Y por eso se suele decir que el Libro de Job posiblemente sea el primer intento de los filósofos y escribas judíos de responder esa vieja pregunta de la filosofía de 'por qué a las personas buenas les ocurren cosas malas', es decir, para resolver el 'problema filosófico del mal'.
Sin embrago, luego el término se confunde con la serpiente del Jardín del Edén en el libro de Génesis (Genesis 3:1-15) que engaña a Eva para tentar a Adán, y con el ángel rebelde que, según Isaías, es lanzado fuera del cielo (Isaias 14:1-13).
Con el tiempo los judíos entonces empezaron a entender la palabra "satán" como una especie de personificación de la maldad humana, sinónimo de "Belcebú", que en hebreo significa 'Señor de las Moscas' (Marcos 3:22-27), quien actuaba a través de "demonios" o "espíritus impuros" (Marcos 5:1-20) que existían entre los humanos.
De hecho en el evangelio de Marcos se dice que Satán puso a prueba a Jesús durante los cuarenta días que estuvo en el desierto (Marcos 1:13). Pero una de las lecciones claras de los evangelios es que siempre Jesús derrota al mal, ya sea en el exorcismo de los demonios, o en sus propias luchas contra las tentaciones (Mateo 4; Lucas 4), e incluso en su muerte (1 Corintios 2:8) (Colosenses 2:15).
Conclusión
El tema de los evangelios apócrifos y su relación con los evangelios canónicos es muy interesante, incluyendo la historia de cómo se estableció el canon de la Biblia Cristiana y la cuestión de la historicidad de Jesús de Nazaret. El tema es amplio y fascinante, ya que además de los Evangelios Gnósticos mencionados anteriormente, existen otros Evangelios Apócrifos o Extracanónicos que no fueron incluidos ni aceptados en el canon de la Biblia Cristiana, y la razones para esto no están claras.
De entre los evangelios apócrifos que no son de origen gnóstico, existen algunos citados por los Padres Apostólicos de la Iglesia y por los expertos de hoy, como por ejemplo los 'protoevangelios' sobre la niñez de Jesús y los nombres de los Reyes Magos, los 'judeocristianos' como el Evangelio de los Hebreos con la historia de Santiago (Jacobo) el hermano de Jesús y líder de la primera iglesia en Jerusalén, los 'medievales' como el Evangelio de Nicodemo con detalles sobre el descenso de Jesús a los infiernos antes de ascender al cielo y la historia de Verónica con la Santa Faz, etc. Para más información sobre otros evangelios no canónicos busque la sección sobre Evangelios Apócrifos en el blog "Buscando al Jesús Histórico en las Escrituras".
En cuanto a la historia de la Biblia Cristiana en general y la cuestión de cuándo se escribieron los evangelios canónicos originales (que por cierto no existen), quiénes fueron sus autores, cómo se copiaron y editaron estos documentos hasta que llegaron a nosotros, y otras tantas, las notas del blog Buscando al Jesús Histórico en las Escrituras son un buen lugar para comenzar. Es una historia un poco complicada, con varios giros y vueltas, pero realmente vale la pena conocerla si uno quiere acercarse a la historia de Jesús de Nazaret y los orígenes del cristianismo.
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