Concilio en el cual se institucionaliza el movimiento religioso cristiano, que tres siglos antes había comenzado como una 'secta judía mesiánica' en Jerusalén, y que luego de haber sufrido fuertes persecuciones por Nerón y otros emperadores romanos (desde el gran fuego de Roma en el 64 NE hasta las reformas de Diocleciano que terminaron con las persecusiones y el Edicto de Milán que legalizó el Cristianismo en el 313 NE), ahora en la práctica se convertía en religión oficial del Imperio Romano gracias al emperador Constantino, llegando eventualmente a ser la mayor religión del mundo en número de adherentes.
Pero antes de entrar en el tema de los evangelios perdidos, sus autores y su importancia en la historia del cristianismo, primero es bueno comenzar con una breve introducción sobre los evangelios canónicos y la Biblia Cristiana.
El Primer Concilio de Nicea y La Biblia Cristiana
El Primer Concilio de Nicea realizado en el año 325 NE fue un evento eclesiástico crucial en la historia del Cristianismo como religión organizada, donde los obispos allí reunidos tuvieron que decidir sobre algunas cuestiones teológicas fundamentales para la naciente fe cristiana, como la naturaleza de Jesucristo (Cristología), la cuestión de la Trinidad (Controversia Arriana), y la aprobación del Credo Niceno (Credo de los Apóstoles). Brevemente:
- La Controversia Arriana se refiere a la disputa entre el Obispo Atanasio de Alejandría a favor del Trinitarismo y el Presbítero Arrio a favor del Unitarismo. El Trinitarismo es el dogma central de la Iglesia Católica sobre Dios como un ser que existe como tres personas distintas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Mientras que el Unitarismo es estrictamente monoteísta y plantea que existe un único Dios (el Dios Padre o Jehová) y que Jesús es el Salvador y el Cristo (que en griego significa el Ungido y que correspondería al Mesías en hebreo), pero que Jesús fue creado y vivió como una persona humana solamente.
- El Credo Niceno (Credo de los Apóstoles) es la conocida proclamación de fe cristiana, basada en la teología de la Trinidad, la cual aún hoy es utilizada en la liturgia de la misa católica así como de varias iglesias protestantes y ortodoxas. El Credo Niceno establece la posición de la Iglesia respecto a la controversia arriana, o sea, que Jesús es Dios y que fue "engendrado, no creado", proclamando: "Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, ... ".
Poco después de concluído el Primer Concilio de Nicea comenzó el proceso de edición de La Biblia Cristiana, a partir de una lista de 27 libros preparada por el Obispo Atanasio en el año 367 NE, basándose quizás en una lista anterior llamada Fragmento Muratoriano (los libros excluidos de la lista fueron considerados apócrifos), la cual fue confirmada como el canon oficial del Nuevo Testamento en los concilios de Hipona y Cartagena.
Este proceso esencialmente culminó con La Vulgata, que es una traducción al latín de las escrituras en hebreo y griego, comisionada por el Papa (el Obispo de Roma) a Jerónimo de Estridón, quien se basó en la Septuaginta (traducción del grupo de Setenta rabinos en griego koiné de los textos hebreos y arameos del Tanaj o Biblia Hebrea) y en las escrituras aprobadas como canónicas para completar La Vulgata a finales del siglo IV. Aunque el Concilio de Roma (382 NE) decidió que algunos libros de la Septuaginta no deberían ser considerados Escrituras (inspirados y canónicos) por lo cual la Biblia Católica difiere de La Vulgata en tres libros. La Vulgata más tarde también fue llamada Biblia Latina y sirvió de base para varias versiones y traducciones posteriores; una versión de la cual fue utilizada por Gutenberg en su famosa impresión de La Santa Biblia cuando inventó la imprenta a mediados del siglo XV, mientras que las iglesias ortodoxas y protestantes utilizaron sus propias versiones que son diferentes en algunos libros.
De esta forma La Biblia Cristiana en general incluye una versión de La Biblia Hebrea como Viejo Testamento y añade el Nuevo Testamento con sus cuatro evangelios canónicos, consistentes en los tres evangelios sinópticos de Mateo, Marcos y Lucas, más el evangelio de Juan (históricamente posterior a los sinópticos) tal y como han llegado hasta nuestros días. Además de los cuatro evangelios, el Nuevo Testamento también incluye el libro de Hechos de los Apóstoles, las Epístolas de varios apóstoles, y el libro del Apocalipsis o Revelación de Juan de Patmos -- ver nota sobre el Apocalipsis más adelante.
Un aspecto que muchas personas no conocen sobre la organización del Nuevo Testamento en general es que los libros no están en orden cronológico. Esto es importante para el estudio del cristianismo porque los documentos más antiguos del Nuevo Testamento en realidad son la epístola de Santiago el Hermano de Jesús (James, en inglés) y las primeras seis epístolas de Pablo a las iglesias escritas entre el 50 y 60 NE (las llamadas epístolas pastorales atribuídas a Pablo son posteriores), y según varios estudiosos y eruditas, estas cartas que circulaban entre las primeras comunidades cristianas influenciaron en los evangelistas y autores que posteriormente escribieron sobre la vida de Jesús.
Así por ejemplo se conoce que el primero de los evangelios fue el de Marcos (la versión original que termina en el versículo 16:8 ya que el resto 16:9-20 fue añadido posteriormente) el cual se estima que fue escrito alrededor del año 70 de Nuestra Era, dada la referencia a la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70 NE durante la Revuelta Judía (Marcos 13:2), o sea, la campaña militar en Judea bajo el entonces general romano Tito Flavio Vespesiano (nombrado por el emperador Nerón) que comenzó en el 66 NE.
Poco después, alrededor de los 80 NE, se escribieron los evangelios de Mateo y Lucas utilizando a Marcos como una de las fuentes (ver Teoría de la Dos Fuentes más adelante). Por su parte el evangelio de Juán se editó mucho más tarde (alrededor del año 100 NE o más tarde aún) con un enfoque más bien de tesis teológica que de sinopsis sobre la vida de Jesús (La Tesis del Logos o Verbo Encarnado); y por eso es tan diferente a los tres evangelios sinópticos anteriores (ver nota más adelante sobre el Nuevo Testamento en orden cronológico).
¿Quíenes eran los Gnósticos?
Entre los grupos y sectas cristianas de aquel entonces existía un grupo heterogéneo de cristianos que en general eran llamados 'gnósticos' por sus oponentes (aunque el término gnóstico originalmente se refería a una filosofía sincrética pre cristiana de carácter místico), quienes a pesar de haber llegado a constituir un prominente movimiento cristiano durante el segundo siglo de nuestra era, al punto que uno de los líderes gnósticos (Valentín de Alejandría) fue considerado como posible Obispo de Roma (es decir, como el Papa), luego tuvieron problemas con la ortodoxia eclesiástica debido a varias ideas consideradas heréticas, como por ejemplo:
- La doctrina de la Pléroma como la unidad primordial o la plenitud de la Divinidad Suprema o Dios. De la cual deriva la Sofía que representa la sabiduría y la divinidad femenina. También, según las versiones más esotéricas del gnosticismo, si la Pléroma quisiera manifestarse como un ser en el mundo material, ese ser sería Abraxas, que representa la vida y la muerte al mismo tiempo.
- La doctrina de la Gnosis como elemento esencial para la salvación. Gnosis significa conocimiento personal directo de la Divinidad Suprema, así como el conocimiento de nuestro origen (la luz) y nuestro destino (el reposo).
- La doctrina del Adopcionismo, según la cual Jesús era un ser humano, elevado a categoría divina por designio de Dios por su adopción, o bien al ser concebido, o en algún momento a lo largo de su vida, o tras su muerte. Doctrina que se relacionaba con el Arrianismo debatido durante el Primer Concilio de Nicea.
- La interpretación de la Resurrección como un evento espiritual (no como una resurrección física del cuerpo 'en la carne').
- La doctrina de la Reencarnación, según la cual el espíritu de una persona se reencarnaría repetidamente hasta que se comprometiera con la abnegación del mundo material. Esta era una de las 'doctrinas secretas' de los gnósticos, disponible solo a los iniciados, quienes tenían acceso a ciertas escrituras como la Pistis Sophia (Fe en Sabiduría) y otros escritos gnósticos. La Pistis Sophia relata las enseñanzas gnósticas de Jesús transfigurado (después de su muerte y resurrección) a los discípulos reunidos; incluyendo a su madre María, María Magdalena y Marta. Para más información sobre la doctrina del renacimiento o la reencarnación en los orígenes de cristianismo ver la página: La Reencarnación en el Cristianismo.
- La teología del Demiurgo como solución al 'problema del mal', en contraposición a la teología de la Iglesia sobre el Pecado Original y la Gracia.
La idea del demiurgo realmente surge de la filosofía idealista de Platón y de la mística de los neoplatónicos, pero ahora los gnósticos la utilizaban para reconciliar la existencia del mal en el mundo (supuestamente creado por el demiurgo) con la existencia de una deidad omnisciente, omnipotente y omnibenevolente, es decir, para resolver el 'problema filosófico del mal'. La idea luego también aparece en el Marcionismo, otra teología considerada 'dualista' y herética en aquellos tiempos, que argumentaba que el dios Creador del universo según la Biblia Hebrea (Viejo Testamento) no podía ser el mismo que el dios Padre del que hablaba Jesús y del cual emana el Cristo.
Todo esto ponía a los gnósticos en una posición teológica opuesta a la doctrina ortodoxa oficial, por lo cual sus oponentes los acusaban de ser una 'secta esotérica' contraria a la Iglesia.
De hecho el Obispo Ireneo de Lyon ya había declarado el gnosticismo como herejía en su obra 'Contra las Herejías' escrita alrededor del año 180 NE. Pero luego del Primer Concilio de Nicea y la carta del poderoso Obispo Atanasio exigiendo una adherencia estricta a las escrituras canónicas, lo cual en la práctica implicaba que cualquier documento considerado herético debía ser destruído y que su posesión ahora era un delito criminal, la situación para los gnósticos se hizo insostenible. Esas deben haber sido algunas de las razones que en algún momento llevaron a aquel grupo de cristianos a esconder las valiosas copias de evangelios y escrituras que ellos poseían.
No obstante, algunas de las ideas del gnosticismo continuaron transmitiéndose de forma oral entre algunos grupos, reapareciendo más tarde durante la Edad Media en Europa, por ejemplo entre los Cátaros del sur de Francia. Los Cátaros (o Albigenses) también fueron declarados herejes por la recién creada Inquisición y prácticamente desaparecieron luego de una cruzada de exterminio y confiscación de tierras, emprendida por el papado y los reyes de Francia a principios del siglo XIII. Esa fue la llamada Cruzada Albigense que se realizó en Francia durante los tiempos de las otras cruzadas a Tierra Santa.
Esta convulsionada historia hizo que lo se podía conocer sobre los gnósticos hasta ahora era muy limitado y muy sesgado -- no en balde se dice que la historia la escriben los vencedores. Esto fue así hasta el descubrimiento en 1945 en Nag Hammadi, en el Alto Egipto.
Descubrimiento en Nag Hammadi
Los códices encontrados en Nag Hammadi en diciembre de 1945 incluyen el Evangelio de Tomás (Evangelio de los Dichos de Jesús), el Evangelio de Felipe, el Evangelio de Valentín (Evangelio de la Verdad), el Tratado de la Resurreción y otros libros, los cuales tomados en en su conjunto arrojan nueva luz sobre las enseñanzas de Jesucristo divulgadas entre algunas de las comunidades cristianas del siglo I y II de nuestra era.
La historia de cómo se encontraron estos evangelios también es asombrosa y tal parece sacada de una película de Indiana Jones. Resulta que un joven campesino egipcio que cavaba un pozo cerca de Nag Hammadi, una pequeña ciudad localizada sobre el río Nilo al norte de Luxor, descubrió estos libros de papiro forrados en cuero en un recipiente de arcilla enterrado. El muchacho, un tanto desilusionado con el hallazgo porque inicialmente creyó que había encontrado oro, llevó los documentos a su casa, donde su madre, que obviamente no sabía el valor del descubrimiento, quemó algunos libros para avivar el fuego de la hoguera ... en serio.
Pocas semanas después, el campesino y su hermano mataron a un hombre para vengar la muerte de su padre. Temiendo que la policia que investigaba el asesinato descubriera los libros, el campesino entregó su preciado tesoro al sacerdote copto local. Enterado del hallazgo, un maestro de escuela llevó los libros al Cairo para averiguar su valor en el mercado negro de antigüedades. El gobierno egipcio fue informado y confiscó diez y medio de los trece libros, los cuales fueron trasladados al Museo del Cairo. Pero un libro fue sacado clandestinamente del país y vendido en el mercado negro de antigüedades.
Un anticuario y lingüista belga se enteró de la existencia de los libros y compró el texto de contrabando. Este codex fue adquirido por el 'Instituto C.G. Jung' de Zúrich en 1951, como un presente por el cumpleaños del famoso psicólogo, de ahí el nombre de Codex de Jung -- que es diferente al otro famoso Codex de Berlín encontrado en Akhmim (Panópolis) en 1896, y que contiene otros documentos coptos como el Evangelio Apócrifo de Juán, La Sofía de Jesucristo y Los Hechos de Pedro.
El comprador luego viajó al Cairo en 1955 y allí vió las reproducciones fotográficas de los otros libros. Los textos estaban escritos en idioma Copto, una lengua del antiguo Egipto, y pronto el lingüista comenzó a descifrarlos. Las primeras palabras del Evangelio de Tomás que él tradujo fueron poco menos que revolucionarias:
"Estas son las palabras secretas que pronunció Jesús en vida, y las cuales el gemelo, Judas Tomás, escribió." *
* Judas Tomás Dídimo (literalmente, el Gemelo) es uno de los doce apóstoles de quién se hace referencia durante el pasaje sobre la duda de Santo Tomás en el Evangelio de Juán (Juán 20:24-29)
El Evangelio de Tomás, también llamado 'el quinto evangelio' o 'Evangelio de los Dichos de Jesús', contiene 114 dichos o enseñanzas que siempre comienzan con la frase "Y Jesús dijo". Sin embargo no tiene muchas de las narrativas de los evangelios canónicos, aunque sí contiene una referencia sobre el nacimiento de Jesús (Dicho 105). No obstante dado que muchos de estos dichos también se pueden encontrar de alguna forma en los evangelios de Mateo y Lucas, muchos expertos lo consideran como un punto de intresección entre las escrituras canónicas y las gnósticas. Ver Buscando las Enseñanzas Originales de Jesucristo para más información.
Los así bautizados Evangelios Gnósticos resultaron ser traducciones de antiguos documentos escritos en griego (dialecto koiné, la lingua franca del mundo antiguo) que databan de la primera mitad del siglo II (entre el año 140 y 180 NE). Algunos de estos libros contienen narraciones similares a las del Nuevo Testamento, pero otros hechos y enseñanzas atribuídas a Jesús resultan ser únicas y extraordinarias. Por ejemplo, en uno de los textos, el Evangelio según Felipe, se dice que Jesús besa a María Magdalena, una de sus seguidoras:
"... la compañera del [Salvador] es María Magdalena. [Pero Cristo] la amaba más que a [todos] los discípulos, y acostumbraba a besarla a menudo en la [boca]." *
* Traducción de Isenberg 1996 citada por Elaine Pagels (3)
Lo anterior, sumado a otros documentos gnósticos como el Evangelio de María, que argumenta que María Magdalena fue la primera que vió a Jesús después de la resurrección y de ahí su primacía sobre los apóstoles, lo cual también se puede leer en los evangelios canónicos de Marcos (Marcos 16:1), Mateo (Mateo 28:1-9) y Juán (Juan 20:11-18), nos sugiere que María Magdalena debió haber tenido una relevancia especial entre algunas de las primeras comunidades cristianas.
No es sorprendente entonces que esta narrativa fuera promovida en la novela best seller 'El Código de Da Vinci' de Dan Brown, aunque debe decirse que no se ha encontrado evidencia histórica de que Jesús y María Magdalena se casaran y tuvieran hijo.
Si los historiadores de las religiones pueden continuar su labor de investigación en los orígenes del cristianismo, quién sabe qué otras cosas importantes llegarán a descubrir. Quizás un día finalmente encuentren el Evangelio Q (Fuente Q); la hipotética fuente de los evangelios con las enseñanzas originales de Jesucristo.
Los historiadores, arqueólogos y lingüistas, sin duda continuarán buscando y estudiando estos documentos, tratando de responder preguntas como: ¿quienes fueron los verdaderos autores y editores de esos libros?, ¿qué criterio se utlizó para decidir cuáles documentos debían ser incluídos en La Biblia Cristiana, compilada a finales del siglo IV, y cuáles no?, ¿cuántos otros evangelios pudieron haberse escrito y haberse perdido por diferentes razones?, ¿qué relaciones existían entre las varias sectas cristianas que poseían diferentes escrituras?, etc.
Pero lo que sí ha quedado claro luego del descrubrimiento de estos códices es que la cantidad de escrituras que existían en aquellos tiempos, así como el número de copias de las varias traducciones que estaban en circulación, y la diversidad y complejidad del movimiento cristiano en sus inicios, eran mucho mayor de lo que conocíamos hasta ahora.
Más información sobre otros evangelios gnósticos y apócrifos (no canónicos) en la siguiente página: Los Evangelios Perdidos
Notas Bibliográficas:
(1) N.T. Wright, "Simply Jesus", "Simply Christian"
(2) James D. Tabor, "Paul and Jesus", "The Jesus Dinasty"
(3) Elaine Pagels, "The Gnostic Gospels"
(4) C.S. Lewis, "Screwtape Letters"


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